jueves, 31 de marzo de 2011

Hay veces...

Hay veces que apetece escribir más de una vez el mismo día. Y hoy toca. El espíritu de la redacción, no me considero literato, faltaría más, insufla el ánimo y las ganas de pulsar el teclado para subir opiniones a un blog.
Hay veces que te puede el corazón, que quieres darle rienda suelta a tus pensamientos. No es verdad que sea siempre. Sólo cuando tenemos el ánimo y la mente libres para exhibir o que nos nace del corazón, del cerebro, del alma, yo que sé...

Hay veces que me gustaría ser uno de esos agentes secretos de las películas de cine. Otras en las que desearía ser el galán de un film romántico. ¿Pero, queridos amigos, quién está conforme consigo mismo?

Somos lo que somos y así seremos. Yo coincidía con un amigo en que esto no es la existencia, es la penitencia. Hemos venido aquí a sufrir.

El otro día, y casi lo escribo entre las mismas lágrimas que me surgieron ante tal respuesta, mi hijo, con cinco años me cuestionó en su inocencia: ¡'Bueno! ¿Y entonces es que yo he nacido para morirme?'


Me dejó sin palabras. Porque hay veces que un niño tiene más razón que un mayor.

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