lunes, 22 de agosto de 2011

Una foto de la década

Podría serlo. A todos cuantos me han criticado, ‘indignaos’ o no, desde diversos foros les quiero transmitir que publico esta foto tomada de Facebook con la intención de mostrar mi más intensa repulsa a una actuación que no tiene calificativo. Bueno, sí lo tiene. Repugnante.
Cuando se capta una instantánea tan explícita como ésta no hace falta ni pie de foto. Es una foto de la década en la que vivimos. No es que vaya a cuestionar la labor de los ‘antidisturbios’, que me parece necesaria, pero sí la medida de su actuación. Todo el grupo de uniformados frente a una mujer a la que protege un joven completamente desarmado frente a esos especializados en resolver situaciones ‘de riesgo’ (vaya riesgo, coño) son la viva estampa de la injusticia. Si para reducir a dos civiles, sobre todo a la mujer a la que protege su amigo, novio o lo que sea, tenemos que poner a tres especialistas en fila india, mal vamos.
Increíble la indefensión creada. Increíble el que el policía abofeteara a la joven. Por mucho que le dijera o hubiera dicho.
Mira, poli: a ti te ha podido el instinto. No se puede entender de otra forma.
Visita un psicólogo (mejor que a una psicóloga, no sea que también la abofetees) antes de tomar una decisión en la que tu preparación, tu entrenamiento, tus cursillos para frenar disturbios no nos hagan parecer un país en el que no existe la democracia ni el derecho a expresarse.
Has dejado a tu persona y al resto de tus compañeros a la altura del betún con el que, seguro, lustras tus botas.
Aunque, ahora que pienso en ello, como todos seáis así, tenemos una policía antidisturbios que ni la Stasi superaría en capacidad de parecerse a Maquiavelo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Angosto agosto

Estamos en el mes veraniego más excelente. (Casi) todos de vacaciones, retornando a playas, sierras u otros lugares para despejar nuestro habitual estrés. Quedamos cuatro monos, sin saber lo que pintamos.
En este estrecho (angosto) agosto o bien nos damos un respiro o bien lo padecemos. 'Vacaciones, vacaciones en un país tropical' cantaba 'Aeorlíneas Federales', aunque luego decía la letra: 'vacaciones, los coj... es mejor trabajar'.
Nos hemos encontrado con un desfiladero estival en el que no hacen falta los míticos '300' de la película para hacérnoslas pasar canutas. Con 100 vale. Y sobra. Escudriñamos ese noviembre decisivo, en el que se decidirá quién nos dirige como nuevo teniente general, el flamante príncipe de la política nacional. Queremos cambios. ¿O no? Aviso: nos vamos a 'jartar'. Salga el que salga elegido.
Más nos valiera no haber sabido nunca lo que es la 'prima de riesgo', a quien hace unos meses hubiéramos catalogado como una pariente descocada o lasciva, y ahora nos enteramos de que nos cuesta más que podemos pagar. El descoco de la economía, la lascividad de los mercados es lo que nos está machacando. Queda mucho mes, el paso es estrecho, las perspectivas también angostas.
No se vive nunca como uno quiere, pero tampoco es de recibo vivir como los demás te obliguen.
Que llegue ya noviembre. Su lluvia y su tristeza transmutada.