domingo, 24 de julio de 2011

Bonito cadáver

Amy Winehouse ha parado y se ha montado en el autobús del 'más allá' que no sabemos si existe o si su destino es el correcto. Se une la perla blanca de la voz del soul que no se rehabilitó en absoluto a otros mitos jóvenes que llevaron una vida tan irregular como la última dueña de la garganta cantora más interesante en años. Ya reside junto a Morrison, Joplin, Hendrix... Músicos, cantantes que se volvieron mitos para quienes fueron sus contemporáneos.  Y para los que no lo fuimos.
Otro bonito cadáver en el cielo de los artistas. ¿Por qué nos acordamos de James Dean o de la Monroe? Porque se fueron en la flor de la vida. En la puta flor de la vida.
Winehouse quiso vivir el infierno en esta Tierra y no ha podido aguantar. Pero se va demasiado joven. ¿27 años? Demasiado pronto. Morrison cayó con 34. Joplin con 37. Hendrix con 33. Dean es el único que le gana (con 24) pero porque se pegó un piñazo con su 'Spider' que ni él mismo se esperaba. James Dean falleció de una lesión en la médula espinal porque un estudiante se cruzó en su camino con su Ford.
Amy Winehouse entra en ese peculiar olimpo mítico al que a nadie le gusta acceder, pero en el que una vez que llegas ya es imposible salir.
Te daremos las gracias por tu legado, diosa del soul, pero a muchos nos hubiera gustado que te hubieras quedado unos años, un tiempo, un periodo, al menos cien mil horas más.

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