Ian Brady y Myra Hindley fueron una pareja que asesinó a cinco jóvenes y los enterraron en los páramos de Manchester, a mediados de los años 60.
Conmovido, porque él había vivido de cerca la información acerca de esos asesinatos, Morrisey, cantante de The Smiths, lanzó un tema titulado 'Suffer little children', la versión inglesa de 'dejad que los niños vengan a mí' que aparece en la Biblia, pero que sería más adecuado en esta versión: 'soportad a los niños'.
'Suffer little children'. Ese era el título de esa maravillosa canción. Han tenido que pasar años para que conociera el verdadero sentido de la misma. Casi al final de la melodía se escuchan unos gemidos, que, aunque, al parecer son los de una de las víctimas de la monstruosa (en el peor sentido) pareja son tan equívocos que hasta mi compañero de habitación en los 80 en el Colegio Mayor los confundió con los de una mujer en plena relación sexual.
Perimitidme que os comente que por esa simple razón, nada es lo que parece. Morrisey intentaba transmitir los horrores padecidos por las víctimas de Brady e Hindley, y nosotros, mi amigo Antonio Moraga y yo, pensando en aquel lejano 1984 que la canción era una incitación al sexo.
Menos mal que Internet va dejando muchas cosas en su sitio.
Hindley y Brady fueron condenados a cadena perpetua. Su caso se denominó como el de 'los asesinos de los páramos' (de Manchester).
Escuchad 'Suffer little children'... una de las mejores canciones que jamás ha sido creada con el alma en carne viva.