domingo, 20 de noviembre de 2011

Intolerancia Marista

Era 18 de noviembre de 2011. Dolores Cospedal remataba su campaña en el Teatro Palenque de Talavera. Vicente del Bosque, seleccionador nacional de fútbol, acude a un acto solidario al Colegio de los Hermanos Maristas. Quito lo de 'Hermanos'. Sobra.
Un redactor de La Voz del Tajo me dice que si puedo cubrirle el evento de Del Bosque, porque tiene gastroenteritis. En un periódico se actúa como en el teatro: 'the show must go on': 'hay que continuar'.
Acudo, porque NOS HABÍAN CONVOCADO AL ACTO, en nombre de La Voz del Tajo, para cubrir gráficamente el evento. No duré más allá de diez minutos dentro. Pero no por mi intención. Mientras estoy realizando fotos sin meterme con nadie, llega un caballero, acompañado de una rubia y me insta a que 'abandone las instalaciones'. Como ya sabía de qué iba el tema le pregunté: '¿usted estaba cuando yo estudiaba aquí?'. La respuesta fue la siguiente: 'No, pero tengo dos hijas que reciben una estupenda educación'.
El siguiente paso fue conocer a uno de los directores, más o menos de mi edad, calvito, alto, con gafas que sonreía como triunfador. Claro, porque yo estaba en 'su casa'. Jugando el partido en terreno extraño. A su lado, un tipo trajeado, que, supongo, sería el director José Manuel García García, muy sonriente también por mi marcha.
Por último, un caballero, 'amablemente', me tomó por la cintura y me 'acompañó' hasta el hall de salida. Tuve la suerte de poder cruzarme con Del Bosque y fotografiarle, con lo que dí mi trabajo por cubierto.
Acompaño a estas líneas la foto de la web Marista de Talavera, donde, precisamente, hablan de 'Tolerancia' en uno de sus enlaces. Inserto imagen de su web con mi comentario de 'Nivel de tolerancia 0 %'. Cosas del Photoshop.


Es increíble. Quien no admite los hechos que denuncié no es de recibo que predique la tolerancia.
No es ya por mí, es por el respeto a un medio de comunicación. Si alguien de la COPE, por ejemplo, es vetado para preguntar en una rueda de prensa del PSOE, estamos ante un claro ejemplo de dictadura que amordaza la libertad de información y de expresión.
No habéis cambiado ni un ápice, Maristas. Y digo más: reitero que ni sois los mejores educando y tenéis mucho que ocultar.
No volveré a pisar ese polideportivo donde se desarrolló el evento. Pero tened por seguro que tengo la conciencia respecto a vosotros más tranquila que nunca.
¿Tolerancia?: sí. Habéis tenido mucha tolerancia con el maltrato y a los hechos me remito. Si tanto predicais el catolicismo más vale hacerse ateo. Por vuestras malas formas de actuar.
Y a quienes me 'invitásteis' a abandonar las 'instalaciones' de vuestro centro os reto a que nos veamos en un lugar neutral, donde nos hablemos cara a cara y me digais dónde, cómo y cuándo he tenido falta de razón. Especialmente a tí, señorita rubia, que no sé cómo te llamas pero que me miraste con total cara de desprecio y no te identificaste al revés de lo que yo sí hice.
Hay que tener un poquito más de vergüenza y respeto hacia las labores informativas.
Y si no, no nos convoqueis a vuestros actos.
Finalizo: SOIS UNOS INTOLERANTES.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Sensibilidad e inteligencia

Mi amigo Pedro, DJ en la discoteca Green's en Talavera durante los 80, ha tenido muchas ocupaciones. Es un adiestrado y me deslumbra más por su faceta sicológica que por otras. Una mente perfectamente amueblada, que me comentó en cierta ocasión que la unión de sensibilidad e inteligencia conduce a la tristeza. Tiene toda la razón.
Pedro argumentaba que se puede ser sensible, pero si a eso le sumas la inteligencia la infelicidad llama a tu puerta. Porque a la debilidad que implica el ser sensible se suma la constatación de que la inteligencia te lo demuestra. Porque la suma de ambas nos provoca una ecuación de sentimientos difícil de resolver. Porque cuando el corazón nos duele, aunque en realidad lo que nos duele es el recuerdo o lo actual, somos conscientes de lo que nos está ocurriendo. Y eso no es malo. Es peor.
La Humanidad a lo largo de su existencia ha propagado la sensibilidad a través del arte u otras materias, basándose en su inteligencia. Hemos creado una pócima explosiva para el alma, cuyo resultado es el sufrimiento. Algunos nos habituamos a ello, otros no.
En cualquier caso, me quedo con Poe, mi maestro maldito, cuya sensibilidad e inteligencia eran tales que hicieron de su existencia un suplicio.
Allá donde estés, Edgar, no te culpes. Los genes son así.